miércoles, 22 de julio de 2009

Votos matrimoniales


Podría prometer seguir contigo y quererte, podría prometer estar ahí en la salud y en la enfermedad, podría decir hasta que la muerte nos separe. Pero no lo haré, esos votos son para las parejas optimistas, las llenas de esperanza y no voy a estar así el día de mi boda, optimista y lleno de esperanza.


No soy optimista, no tengo esperanza, sin embargo, soy seguro, firme y estoy conciente de ello. Soy un hombre que trabaja con corazones, los quito, los pongo, los sostengo en mis manos. Así que si de algo estoy seguro, es que tú eres mi compañera, mi amada, mi mejor amiga y mi corazón, mi corazón late por ti.


Y en este día, el día de nuestra boda te prometo esto: te prometo darte mi corazón en la palma de tu mano, te prometo a mí.

sábado, 18 de julio de 2009

Più Bella


22 de Julio. El verano ya había comenzado y necesitaba vacaciones. Lo sucedido en Londres me había dejado agotado física, mental y espiritualmente, así que pensé ir a Roma y hacer caso al dicho que siempre menciona Fernando: “todos los caminos conducen a Roma”.

Así que tome el primer vuelo. El primer lugar al que pensé ir al llegar a la capital italiana era la Fontana di Trevi. El día era maravilloso, el cielo era azul… pero no era el azul de siempre, era un azul turquesa hipnotizante y encontrándome cerca de la fontana deseé en mi boca la suavidad y aroma de un tabaco, así que busqué una tienda y compré unos Silk Cuts.

Rústicamente armado con mis cigarros me dirigí a la fontana y me sumergí en el paisaje que la adornaba, aquel que la hacía irresistiblemente bella, majestuosa, ambiciosa y deseosa por obtener algo de mí. Recordé la escena de la película “Tres monedas en la fuente” en la cual, según la tradición, se arrojan tres monedas con la mano derecha sobre el hombro izquierdo: la primera moneda se arroja para regresar a Roma, la segunda para enamorarse de una romana y la tercera para casarse con esa romana en Roma.

Instintivamente solo arrojé dos monedas a la fuente, el matrimonio jamás ha sido lo mío; miré al cielo y arrojé las monedas como la tradición lo dicta y al regresar la mirada del cielo a un plano horizontal vi frente a mí algo que parecía un pedazo de cielo.

La mujer mas bella que había visto en Roma, y eso que he estado varias ocasiones en la ciudad, en mis adentros me dije <<>>.

La mujer me seguía viendo con un aire de misterio hasta que dijo

– ¿Me acompañas?

No me fiaba de ella al principio pero cuando vi su sonrisa acepté, debo admitirlo puedo resistirme a todo excepto una sonrisa sexy y un buen cigarro.

Así comenzamos a caminar por una calle un tanto desierta. Su postura totalmente erguida le daba un encanto y porte particular, su mirada se fijaba en el horizonte y entonces, justo cuando me preparaba para formular una pregunta, ella me ganó la partida y dijo

– ¿Qué te ha traído de visita Roma?

Sonreí y respondí

– Ya sabes guapa la dolce vita.

Ella se rió, pensé en aprovechar para preguntarle su nombre cuando de nuevo me interrumpió diciendo

–¿Tienes un cigarro para mi?

Le extendí uno y naturalmente se lo encendí con mi Zippo cromado. Seguimos nuestra caminata… ¿en realidad estaba sucediendo esto? ¿estaba soñando? ¿Acaso estoy drogado? Esas preguntas rondaban mi cabeza pues aquella mujer era una belleza escultural, una auténtica diosa romana; el vestido azul turquesa como el cielo de aquella mañana, la hacia ver excepcional pero sin presunción, sandalias bajas en las cuales pude admirar sus bellos pies, sus piernas eran torneadas y voluminosas en el punto exacto, su cintura era fina y deliciosamente se me antojaba como una buena pasta, lo demás me limitare a no decirlo puesto que me considero una así, un poco caballero.

Dada la naturaleza del caso he de describir lo que mi mirada descubrió al llegar hasta el punto cumbre de aquella escultura andante, ese punto era su bella faz, ojos infinitos y fijos, nariz pequeña y graciosa, sus labios a la hora de ponerse el cigarro los vi en su máximo esplendor era carnosos y de un color rojo carmesí. Por ultimo toda aquella belleza se veía culminada en un lunar que adornaba su mejilla derecha.

No podía evitar verla mientras iba caminando, entonces algo inesperado sucedió un Volvo S40 azul marino se estacionó al lado nuestro, se abrió la puerta trasera y antes de que ella subiera le dije

– ¿Cómo…?

No pude terminar puesto que ella intuyo lo que iba a preguntar sólo respondió

– Più bella.

Así seguí mi camino pensando si ese era su nombre, più bella que en italiano quiere decir la más bella. Y a pesar de lo extasiado y confundido que estaba en ese momento, no podía retrasarme más. Tenía una cita para comer con un viejo conocido, pero sin lugar a duda aquel acontecimiento sería lo mejor de mi visita a Roma.

jueves, 16 de julio de 2009

Análisis personal del Poema No. 20 de Pablo Neruda


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

- Y de verdad podría escribirlos si no fuera por el hecho de que los versos más tristes ya los he escrito hace algún tiempo -

Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos ".

- Es cierto, la noche ha caído, con ella trajo frescura y un cielo repleto de luceros -

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

- El viento golpea suavemente mi cara, es fresco y me ayuda a refrescar mi mente al analizar -

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

- De eso no cabe duda yo la quise demasiado y me gusta creer que ella, a su forma, me quiso -

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

- Aunque no sucedió en la realidad, en mis sueños nocturnos si podía sentir còmo la acariciaba y mi percepción llegó a confundirse -

Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

- Esos ojos cuando me miraban eran capaces de desarmarme, ella lo descubrió y no por eso dejaron de ser profundos y misteriosos -

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

- Aventurarme a decir que la he perdido es demasiado presuncioso puesto que jamás fue mía -

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como pasto el rocío.

- Las noches, mañanas y tardes siempre se tornaron así sin ella el abominable vacío se fue acostumbrando a mí -

Que importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo.

- Cuánto desearía que estuviera aquí a mi lado pero no es así, ella ya tiene un plan -

Eso es todo, a lo lejos alguien canta. A lo lejos mi alma no se contenta con haberla perdido.

- Mi alma es una mezcla de tristeza al verla tomando otra mano y felicidad de pensar que cuando sonríe es por el y su alma se halla alegre -

Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

- A veces mi corazón aún la busca y crea en mi mente imágenes de ella que me las deja ir entre sueño y sueño -

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entoces, ya no somos los mismos.

- Si, ambos cambiamos no somos los mismos de hace dos años a ella el tiempo le ha caído bien la hace más bella, a mi por otro lado me ha cultivado con nuevas mañas -

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

- Prefiero tocar sus pupilas como sólo yo lo se hacer -

De otro, será de otro, como antes de mis besos, su voz, su cuerpo claro, sus ojos infinitos.

- Afortunado es el, estoy seguro que lo sabe y mientras le haga feliz más afortunado será -

Ya no la, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor y es tan largo el olvido.

- ¿Aun la quiero? La respuesta es un tanto confusa, lo único seguro es que como decía Joaquin olvidar tarda 19 días y 500 noches -

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido.

- Cuánto hubiera deseado al menos una vez sin importar si era noche o amanecer poder tenerla acurrucada en mis brazos -

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

- Este es el fin, donde la ultima gota de agonía se derrama, donde le escribo las ultimas palabras, pro dentro de mi una voz leve me dice ¿realmente es el fin? -


El viento de la noche gira en el cielo y canta.

- El viento golpea suavemente mi cara, es fresco y me ayuda a resfrescar mi mente al analizar -








domingo, 5 de julio de 2009

Me cansé...


Me cansé de ser el hombro en el que podías llorar.


Me cansé de hablarte de amor y no poder aplicarlo contigo.


Me cansé de oír mil canciones que me recordaban a ti.


Me cansé de levantarme aturdido por no saber lo que pasaría.


Me cansé de ser yo el que mandaba los mensajes.


Me cansé de tus llamadas en la madrugada porque te habían roto el corazón, cuando yo estaba aquí y sabias que no lo rompería.


Me cansé de recoger lo estragos de tus relaciones.


Me cansé de esperar un cumplido tuyo.


Me cansé de manejar kilómetros para verte y tú ni siquiera estuvieras ahí.


Me cansé de ser tu confidente.


Me cansé de ser tu cómplice.


Me cansé de escribirte cartas y no recibir respuesta.


Me cansé de darte consejos sobre lo que debías decir y no decirte lo que siento.


Me cansé de dar todo y que el karma no me recompensara.


Me cansé de no poder cerrar este ciclo.


Me cansé de ser menos que un amor y más que un amigo.