martes, 9 de junio de 2009

Trato Peligroso / 2. London Calling



El avión aterrizó en Heathrow, el principal aeropuerto de Londres, al bajar busqué mi equipaje. En una pequeña maleta había metido todo lo necesario así que me fue fácil cargarla. Al salir de ahí busqué una tienda, el hindú del otro lado del mostrador me extendió amablemente los Silk Cuts. Estaba listo para largarme de esta terminal. Fuera de ella el clima era gélido, saqué de mi bolsillo un cigarro, lo encendí y esperé para tomar un Black cab. No apareció ninguno hasta 9 minutos después. Entré al taxi y el conductor me preguntó: - ¿Adonde quiere que lo lleve amigo? Lo miré fijamente, le pasé la tarjeta la leyó y sin decir más arrancó directo a la avenida Abbey Road, en el trascurso del viaje suena en la radio “Dazed and Confused” y pensé <<>>. Al llegar al lugar el conductor dijo: – Son 85 libras amigo. Pagué y bajé del automóvil, me dirigí a la puerta de la casa, aunque sabía que debía tocar el timbre mi brazo se negaba a obedecer la orden, no recuerdo de donde saque valor y lo presioné, salió una mujer de aproximadamente 60 años y me preguntó: – ¿Qué se le ofrece?- busqué en la bolsa de mi gabardina, saqué la tarjeta y le dije: – Buenas tardes ¿aquí vive Chas Kramer? La mujer contestó: – Si aquí vive pero ahora no se encuentra, maneja un taxi y está ausente todo el día, seguramente lo encuentra a las 8pm cuando termina su turno en un bar llamado Babalou. No sentí alivio pero al menos ya había avanzado un poco. Respondí: – Muchas gracias, ¿podría decirme cómo reconocerlo? La mujer frunció el ceño y contestó: – Al llegar a la barra del bar pregunte por él, seguro le dará santo y seña. Me alejé caminando, miré mi reloj eran las 6pm, faltaban aun dos horas para ir al bar, así que me dirigí al metro para quemar un poco de tiempo. Bajé en la estación Brixton según lo que un policía me dijo, tenía que dirigirme hacia la iglesia de St Matthew's en Brixton Hill, ahí encontraría el bar, que literalmente era una cripta. Llegué a la iglesia, en el costado se encontraba la entrada que parecía adentrarse en la tierra por debajo de ella. La entrada al bar efectivamente parecía la entrada a una cripta con un portal de forma romana y a los costados dos pedestales sostenían cada uno una pirámide con el nombre de Babalou. Entré al bar me dirigí a la barra y el cantinero me preguntó: – ¿Le sirvo algo de tomar?- miré a mí alrededor y le contesté: – Si, sírveme un Blood Clot Burlonamente respondió: – ¿eres doctor? Bastó una mirada para que se largara a preparar el trago, al regresar le pregunté por Chas Kramer y me dijo que cuando entrara le diría que lo estaba buscando. Así pasaron 15 minutos, cuando un hombre se acercó por detrás y me dijo: – ¡Ey colega! me dijeron que me buscabas. Me tomó por sorpresa, le respondí: – Si, he venido aquí por que Steve me dio una tarjera con tu nombre. El hombre cambió su sonrisa por una cara dura y dijo: – Vamos a aquella mesa. Se volteó y le dijo al cantinero que llevara dos Whiskys, nos sentamos y después de examinarme un rato me dijo: – Bueno ¿qué te trae conmigo? En eso llegaron los tragos, el mío ni lo toque en cambio él se lo tomó como si fuera agua, le respondí: – Bueno hace un tiempo hice un hechizo y ahora he venido aquí en busca de una solución, ¿puedes ayudarme? El hombre se acarició la barbilla como pensado y respondió: – Pues no sé si puedo pero dime, ¿cuál es el problema? – Le respondí – hace años hice un trato con un demonio llamado Nergal, quiero ver si se puede revertir o anular. El hombre se rió como si acabara de decirle el mejor chiste de su vida, cuando terminó dijo: – ¿No leíste las “letras chiquitas” del contrato? Intenté recordarlo pero lo que paso ese día aún estaba muy turbio en mi cabeza, le respondí: – No recuerdo alguna cláusula. Entonces preguntó: – ¿Con quién hiciste el trato? Intenté que mi respuesta sonara con mucho coraje: – Nergal, así se llamaba el maldito demonio. Chas al oír el nombre del demonio acaricio su barbilla intentando recordarlo.

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