
Era fin de semana así que la armada daba licencia a sus miembros que llevaban una buena conducta. Al bar “La Cueva” que se encontraba a sólo unas cuadras del cuartel entró un hombre, el lugar se encontraba casi vacío, se sentó en la barra.
El cantinero se acercó a él y preguntó:
- ¿Qué le sirvo almirante?
El hombre respondió:
- Lo de siempre.
Segundos después se encontraba frente al almirante un Whiskey on the rocks, a su derecha se encontraba un hombre medio borracho, el almirante tomó el trago de un golpe y dijo:
- ¿Quiere alguien oír la historia de la mujer que llegó para quedarse?
Ni un alma en el bar le respondió al almirante pero aún así éste prosiguió:
- Es de esas chicas a las quieres tanto que luego lo lamentas, aunque no te arrepientas ni de un solo día. ¡Ah mujer, mujer!
El segundo trago llegó e hizo exactamente lo mismo, se lo tomó de golpe y continúo:
- Jamás he conocido nada parecido he estado solo, me he perdido, he estado oculto pues las demás chicas no eran como ésta, enamorado, me sigo enamorando y ella sigue escribiéndome.
El borracho que se encontraba al lado en un acto de piedad al ver que nadie le respondía al almirante le preguntó:
- ¿Cómo se llama ella?
Y el almirante respondió:
- Daniela.
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